COLONIAS

SALA N° 2

COLONIAS

El 28 de Agosto de 1889, firman el Contrato de adquisición de tierras. Se le vendía a cada familia 10 hectáreas a pagar en 5 anualidades a razón de $45 la hectárea, cuando el precio de la tierra oscilaba entre 3 y 5 pesos. Les habían prometido  viviendas, herramientas de labranza, manutención durante el 1º año hasta la primera cosecha. Nada de esto se cumplió. 

Los colonos llegaron en barco a Rosario y en tren hasta la estación Palacios, que por entonces se encontraba en construcción (a 18 kms al oeste de Moisés Ville)

Un paisaje de desolación, pastizales y tacurúes fue lo que vieron al arribar. Salvo algunos galpones, vagones de ferrocarril y algunas carpas; ni viviendas, ni comida, ni nadie que les indicara qué hacer o a dónde dirigirse. Fueron  días terribles, falleciendo allí más de 60 niños de inanición y epidemia que los padres guardan en cajones de bulones y en latas de kerosene para su posterior traslado a Moisés Ville y entierro en el primer cementerio Judío de la República Argentina, fundado en 1891.

Los hijos mayores, se desprendían de sus padres, conchabándose como peones en las estancias vecinas, algunas familias abandonaron el lugar. Se fueron a Sunchales, Rafaela, a San Cristóbal (a trabajar en el ferrocarril), Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. Cuentan que tres familias volvieron a Europa.

En esos días pasa por la región, en tren de regreso de su viaje a Tucumán el Dr. Guillermo Loewenthal, Médico Higienista Austriaco, contratado por el Gobierno Argentino para buscar mejores climas donde asentar inmigrantes europeos. Es el Dr. Guillermo Loewenthal quién cumplirá un destacado papel en cuanto a Colonización Judía se refiere; una figura por años ignorada y poco destacada. Él fue el que escuchó a los niños pequeños pedir pan en un idioma parecido al alemán: el Idish, y se bajó a ver qué pasaba. Se puso en contacto con el gobernador de Santa Fe, Sr. José Gálvez, pidiendo su intervención. Se dirigió asimismo al Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Estanislao Cevallos y al propio Pedro Palacios a quién le exige el cumplimiento del contrato. Inmediatamente  este envía a su administrador a repartir las tierras: así se reparten las primeras hectáreas del casco urbano, trasladando a las 50 familias aproximadamente que habían quedado en estación Palacios hacia el lugar donde se encuentra hoy Moisés Ville. Así se produce el asentamiento. A cada familia se le entrega una quinta y una carpa con lona, según relatos, también una vaca y algunos implementos agrícolas. Se designó administrador al Sr. David Hurvitz. No existe Acta de Fundación y el asentamiento se llevó a cabo después de la Fiesta de las Cabañas (Sucot), según el calendario hebreo, aproximadamente a finales del mes de Octubre. En diciembre es el propio Pedro Palacios el que se apersona y visita la colonia y el Rabino Goldman sale a recibirlo a la usanza judaica con pan y sal. Es allí cuando el rabino da nombre a la población: Kiriat Moshé (Moisés Ville).

Destacamos la ayuda que recibieron los colonos de dos familias de origen italiano que poco tiempo antes  se habían establecido en la zona de Palacios: los Coniglio y los Scarafía, quienes los ayudaron a trasladarse hasta Moisés Ville, los Scarafía con su carro y les abrieron un surco los Coniglio, para que no se perdieran al ir a buscar provisiones a Palacios o al fuerte de Sunchales.

No era zona indígena, pero estaba cerca de las líneas de los fortines. Vestigios de las correrías son algunos boleadora o una cabeza de hacha encontrada en la zona, que pertenecían a los indios abipones; como así también un cepo y un revólver atestiguan sobre las correrías de gauchos matreros, que provenían de la provincia de Corrientes y contra los cuales debieron en reiteradas oportunidades defenderse. Alberto Guerchunoff en su libro “Los Gauchos Judíos” relata como fue muerto su padre, a poco de su arribo a Moisés Ville por un gaucho en estado de ebriedad que salía de una pulpería de un español que hacía muy poco se había establecido.

Mientras tanto Guillermo Lowenthal regresa a París, esboza un plan de Colonización y lo presenta al Gran Rabino de París, Zadoc Kahn. Éste los deriva hacia la Alliance Israelite Universelle, quien interesa al filántropo Barón Mauricio de Hirsch, quien estudia el plan y envía en diciembre de 1890 una comisión encabezada por Dr. Guillermo Lowenthal para buscar y adquirir tierras para colonizar y ayudar a los inmigrantes ya establecidos en Palacios. Cuando intentan comprar las tierras el Dr. Palacios vuelve a elevar el precio de las mismas y la comitiva trata de convencer a los colonos que se asienten en otras tierras que adquirieron en Entre Ríos o en la Provincia de Buenos Aires: Colonia Mauricio, hoy Carlos Cáceres, primera colonia de la Empresa Colonizadora del Barón Mauricio de Hirsch: Jewish Colonization Assosiation. Dicha empresa adquiere personería jurídica en 1891, año en que adquieren 10.000 hectáreas del casco urbano de la incipiente Colonia de Moisés Ville: para llegar a tener en la década de 1920: 118.262 Has. que contenían pueblos ya fundados: Monigotes, Palacios, Virginia, entre otros. Hoy Moisés Ville tiene 29.000 hectáreas aproximadamente. 

Los colonos que no quisieron abandonar sus tierras, porque aquí yacían sus hijos, recibieron mientras tanto una suma de dinero para poder mantenerse y formaron una fugaz “Cooperativa  Moisés Ville.” Para repartir equitativamente el dinero. 

En 1908 fundaron la primera cooperativa existente en la provincia de Santa Fe y la tercera en el orden nacional (cerrada en 1994)

¿Cómo vivían?

Una foto tomada por un fotógrafo ambulante que pasaba por Monigotes  en 1889, cuyo original se encuentra en el Museo de Esperanza, nos ilustra: rancho de adobe y paja, vestimenta europea, algunos poseen rasgos indígenas. Contrasta con una foto artística, que muestra el patio familiar y la familia reunida en torno a una mesa, sobre la cual está ubicado el samovar. Las familias conservaban costumbres familiares, religiosas y culturales; siendo el Pueblo del Libro se preocuparon por la educación de sus hijos y por conservar la tradición.

¿CÓMO SE ESTABLECIERON?

En el pueblo se asentaron a lo largo de una calle, una casa al lado de la otra y las quintas detrás, formaban un cinturón alrededor del pueblo. En el centro las instituciones: la sinagoga, la escuela, la casa de baños rituales (Mikve) y la casa de la empresa Colonizadora.

Cada ola migratoria era asentada por grupos o por líneas, que recibía el nombre de la persona que los había ayudado o del lugar de donde provenían,  por ejemplo: Grupo Wavelberg, Grupo Muchnik, Grupo Bialistok, Grupo Zadok Kahn, Línea Ortiz, Línea Berlín, también por grupo de casas: las 6 casas, las 10 casas, las 12 casas, las 24 casas. Por seguridad las casas estaban ubicadas en las esquinas de los campos, 4 casas enfrentadas. A 3 Km otro grupo de casas. 

No todos recibieron la misma cantidad de hectáreas: entre 25 y 75 has. en sus comienzos, que luego en 1912, duplicaron. 

¿CÓMO SE ORGANIZARON?

Desde sus orígenes fueron muy organizados en todos los planos.

En el plano religioso trajeron consigo sus libros sagrados y sus objetos rituales, levantaron sinagogas y escuelas.

Se organizaron para cuidar la colonia. Un personaje muy pintoresco, de los muchos que tuvo el pueblo en su evolución, se erigió en jefe de Policía y Juez de Paz. (y hasta podríamos decir un antecesor del Presidente Comunal); cuando la ocasión así lo requería. Con su galera y su bastón se apersonaba donde había nacido un niño, donde había una boda o una defunción y en lengua hebrea de caracteres rebuscados registró los primeros nacimientos, casamientos y defunciones en un libro de contabilidad que trajo consigo de la Zona de Residencia en Rusia. Hoy este libro pertenece y está aceptado por el Gobierno Provincial, como primer Libro de Registro Civil y está depositado en nuestro museo para su conservación. Fotocopiado es exhibido al público. Perteneció al primer grupo de inmigrantes y se llamó Pinjas Glasberg. El libro contiene además en un muy buen castellano un balance de todo  lo que poseía la colonia en el año 1892, las primeras marcas de ganado y la cantidad de carne que faenaban.

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