En un momento de profunda conexión espiritual y comunitaria, nos reunimos en la histórica Sinagoga Brener, Monumento Histórico Nacional, de Moisés Ville.
Con corazones abiertos y voces unidas, pedimos por un mundo más justo, por el fin de todo conflicto y por el bienestar de todos los pueblos. Personas de distintas religiones, credos, nos reunimos con un propósito común: elevar una plegaria por la paz. Sin importar nuestras diferencias, nos unió el deseo de un mundo más justo, más humano y libre de violencia. Cada palabra, cada silencio, cada mirada compartida fue testimonio de que la paz es posible cuando elegimos encontrarnos desde el respeto y el amor.
La atmósfera fue de recogimiento, emoción y esperanza. La fuerza del canto compartido nos recordaron que, aún en tiempos difíciles, la fe, la solidaridad y la memoria nos sostienen y nos guían.
Gracias a cada persona que se acercó, que se emocionó y que compartió este momento tan significativo. Que la paz no sea solo un anhelo, sino un compromiso cotidiano.
Que este encuentro sea el comienzo de muchos más espacios de diálogo, unión y fraternidad.
